lunes, 30 de marzo de 2015

AUTOCONFIANZA, DIFERENCIA ENTRE SENTIRSE IMPARABLE Y SENTIR MIEDO DE UTILIZAR EL TALENTO


 Aprender a controlar la confianza es uno de los puntos más importantes que deben entrenar los deportistas, ese sentimiento de que puedes jugar bien y ganar cuando debes hacerlo. Cuando un deportista  se enfrenta a la competición con nervios excesivos, miedo al rival, un sentimiento de inferioridad, dudas etc., nunca  podrá sacar lo mejor de su juego. Da igual quien sea el rival, el partido/ torneo que se esté jugando, el  marcador, lo importante es creer que podré conseguirlo  y creer que voy a hacer realidad lo que me planteo como reto. Henry Ford con su frase: “Tanto si piensas que puedes como que no, estás en lo cierto” no le falta razón, ahora, ¿qué vamos a hacer, justificarnos con el marcador, el árbitro, jugadas del rival (…) o luchar hasta el final?

Los beneficios que trae consigo son numerosos: más pensamientos positivos, mayor concentración, te sientes más motivado, mayor esfuerzo y resistencia, arriesgas más en tu toma de decisiones y notas que  gestionas mejor los momentos de más presión; pero ¿Cómo  mejorar la autoconfianza? Pautas:


     
  •     ¿Cómo vas a tener confianza si pierdes y esa derrota es  porque no tienes confianza? Solución: los entrenamientos. La clave de la mejora de la confianza está en los entrenamientos, ahí hay que procurar establecer una serie de metas a corto plazo. El hecho de ir consiguiendo metas (siempre mejor de tarea como dijimos en la entrada de la semana pasada) generará más seguridad. Practicar con oponentes un poco más fuertes que tú ayuda a que, poco a poco, te motives y confíes más en tus posibilidades. Las situaciones de entrenamiento tienen que ser lo más parecidas a la realidad de la competición.

  •  Metas realistas.  Haber ganado una vez o haber derrotado a alguien importante, no implica que vaya a ser siempre así, todo éxitos. Las metas fantásticas llevan al derrumbamiento de la confianza, no vale autoengañarse. Id PASO A PASO, PUNTO A PUNTO, siendo conscientes de vuestra preparación y nivel de juego para seguir mejorando.
  •  Objetivos específicos y cuantificables: cuanto más específicos y cuantificables sean vuestros objetivos mejor será vuestra actuación: lograr un porcentaje de primeros servicios, mínimo de bolas cruzadas, mínimo de chutes / lanzamientos, durante los primeros 30 minutos del entrenamiento de hoy sólo usare verbalizaciones  positivas …
  •  Aprender de los errores. No os quedéis con que perdisteis, profundizar y reflexionar acerca de los posibles frentes que tenéis que trabajar para que el siguiente encuentro sea distinto.
  • Tratar de pensar en positivo en todo momento, aunque en ocasiones parezca imposible. Si os paráis a pensarlo un momento, de qué os sirve estar pensando “ que mal estoy jugando” “ si me ganan todo mi trabajo anterior es una pérdida de tiempo“… NO SIRVEN DE NADA, lo único que hacen es desanimaros, haceros perder la confianza y la concentración.
  • Ser constructivos, no críticos: “no pasa nada, en la próxima recupero” “en el siguiente punto voy a dar todas mis bolas bien”.
  • Tener una buena preparación física. No sólo importa lo técnico y táctico de un deporte, también hay que estar preparados a nivel físico para poder dar el 100 % de todo lo que trabajamos y sabemos de lo anterior.
  • Establecer una rutina previa al partido, establecer unas pautas que se van a dar en cada momento previo a jugarlo, esto ayuda a reducir la ansiedad.
  • Una buena preparación, un plan de juego previo al campeonato. Eso ayuda a sentirse uno orgulloso a la hora de afrontar la competición, saber que se ha trabajado y se han logrado los distintos objetivos planteados.



A continuación, os voy a contar la anécdota de una bailarina para seguir demostrando lo importante que es trabajar la confianza en uno mismo: Esta bailarina era una chica que fue a hacer una audición para una compañía extranjera muy famosa. El director, tras su prueba, le dijo que no valía. ¿Qué hizo ella? Se deprimió y sin pensarlo más dejo el ballet. Al cabo de los años, esa compañía vuelve a la ciudad y ella va a verles. Al final de la representación, la chica se acerca al director y le dice:

B: No sé si se acuerda de mí, hice unas pruebas hace años, quería felicitarles por la actuación de hoy.
Director: Gracias, ¿Tú Sigues bailando?
B: No, lo dejé porque usted me dijo que no valía.
Director: Eso se lo digo a todos. 





¿Qué reflexión podéis sacar de aquí? INSISTO, es fundamental  trabajar nuestra autoconfianza, los demás podrán decir que confían en ti, en lo que puedes llegar a ser o no, pero lo que no van a hacer es ser ellos quienes consigan tus retos. Por mucho que nos impulsen o traten de motivar hacia algo, si tú mismo no crees que puedes, nada va a pasar; ellos no van a mover tus piernas para ir a salvar una bola corta que te hacen en un punto decisivo. Como le digo yo siempre a las niñas que entreno, un punto no está ganado ni perdido hasta que el balón no cae al suelo. Se lucha, da igual lo complicado que sea, si se pierde el punto que sea porque el otro es mejor o porque, de verdad, no podíamos hacer más, pero que no sea porque no se ha intentado.  Mi compañera de vóley-playa está ya cansada de gritarme “ANA LLEGASSSSSS” si no soy yo la que me digo “puedo y voy a salvar esta bola” NO LA SALVO, y es así siempre.


 “Si te entrenas, si te esfuerzas más que los demás ganarás
Quien lucha sin descanso triunfa
Puedes hacerlo, sólo tienes que confiar en ti”

Invencible
 Ana de Cevallos








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