miércoles, 2 de marzo de 2016

VOLEIBOL Y LENGUA DE SIGNOS CON FMDS


El lunes empecé la semana de una manera muy especial,  fui con el equipo senior que entreno a jugar un amistoso con un equipo que ha organizado FMDS con gente con sordera. Ellos normalmente son un equipo mixto de 17 personas que entrenan dos veces por semana en el polideportivo de Valdebernardo pero el lunes nos juntamos mis 14 niñas y 7 de ellos.

Cuando propuse este encuentro a mi equipo, ninguna dudó en sumarse a la experiencia, esta iniciativa e ilusión me encantó , supongo que fue lo que hizo que disfrutáramos más y fuese tan especial, aprovechando todos los aprendizajes posibles de la misma.


La entrenadora nos convocó media hora antes del amistoso para poder conocernos entre todos y hacer el calentamiento conjuntamente. Primero de todo, se dejó clara una norma: desde el momento que nos presentásemos cada equipo NO PODÍAMOS HABLAR, TODO POR SIGNOS. Tras calentar, nos mezclamos en pequeños grupos para compartir cómo se comunicaban entre ellos en voleibol, cómo se decían determinadas cosas del deporte y acabamos aprendiendo los días de la semana y cómo se dice cerveza para después. Éste fue uno de los momentos más divertidos y de los que más nos llevamos de la jornada, la adaptación de todos a cada uno, esfuerzo por entendernos y disfrutar los unos de los otros.


Y llegó el momento de jugar....



La entrenadora no sabía la lengua de signos, pero hacía porque la entendiesen y cada día va aprendiendo más y más gracias a ellos. La fuerza y voluntad que pone para que este equipo progrese es brutal. Me pareció impresionante su manera de transmitir y comunicarse con ellos, a mi me parecería muy difícil; para que os hagáis una idea, yo cada vez que tenía tiempos para dar indicaciones a mi equipo, no podía evitar que se me escapasen palabras o hablar en bajo, esto causó muchas risas, porque lo mismo les pasaba a las niñas en pleno juego.

Mi equipo disfrutó mucho del amistoso e hicieron el esfuerzo de no hablar e ir creando formas de entenderse y comunicarse en el campo. Al principio su juego quizás era más caótico pero poco a poco fue progresando. Una palabra que salió de muchas tras el juego fue LA CONFIANZA, al no poder comunicarse como hacían normalmente, confiaban más en la actuación de las demás e iba siendo un juego más fluido.

Fue una gran oportunidad de poder experimentar el mundo de las personas con sordera,  una gran iniciativa de sensibilización de la lengua de signos, además ambos equipos estaban muy motivados y disfrutando de su deporte. Hubiese sido muy enriquecedor haber podido tener un tiempo para poder comentar ente todos las distintas sensaciones y emociones vividas;supongo que ya tenemos excusa para volver a organizar otro amistoso y seguir aprendiendo.

Ana de Cevallos 

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