Esta semana probablemente sea la semana de más compromisos
deportivos desde hace mucho tiempo, pero uno de ellos me llevó a un encuentro con el actual campeón de Kata individual, Damián Quintero; además
tuve la gran oportunidad de poder hablar con él de una manera cercana después de
su charla.
Fue una gran oportunidad de entender desde dentro su
deporte, la preparación que hay detrás y su recorrido como deportista de élite.
En su charla nos habló de valores, de la importancia de ser agradecido a todo
el equipo que hay detrás de su desempeño y más aún a su familia que le ha apoyado
desde cerca en sus inicios y de lejos cuando tuvo que trasladarse al CAR de
Madrid para desarrollarse como deportista de alto rendimiento, llegando a donde
está actualmente.
Damián, empezó en esta disciplina a los seis años en un gimnasio al que le apuntaron sus padres, donde se fue especializando en kata a medida que pasaban los años, modalidad en la que ha conseguido sus grandes éxitos internacionales, entre ellos los dos títulos europeos. “Los katas son una sucesión de técnicas, de líneas de ataque, de defensa”, explica Quintero en la entrevista para Marca, Doble figura. “Sería una mezcla entre un ejercicio de gimnasia y un combate imaginario. Cuando se realiza en equipo resulta muy espectacular”.
Nos encontramos ante un deportista que debería ser un modelo
a seguir para los jóvenes aspirantes. No solo ha llegado a ser el número 1 en
el deporte sino también a nivel profesional; supo compaginar los estudios y
labrarse una trayectoria profesional admirable. Se sacó la carrera de ingeniero
aeronáutico y un máster. De hecho, ha estado mucho tiempo compaginando el
trabajo y sus entrenamientos de alto nivel. Es un aspecto en el cual incidió
mucho en su charla y le transmitió a los jóvenes que se puede y se debe hacer porque en algún momento llega el final de la etapa deportiva y uno tiene que
seguir haciendo cosas que le motiven y le hagan feliz.
Como he mencionado antes, en su charla habló de los valores
que ha adquirido del deporte que le han ayudado en su vida, por ejemplo, la
disciplina y perseverancia en la consecución de sus estudios; compromiso en
compaginar tanto estudios como entrenamientos; humildad, gratitud a sus fuentes
de apoyo… pero el valor que más destacó de su deporte fue EL RESPETO. Respecto
a sí mismo y a su rival, nos mostró un vídeo de cómo se abrazaba con su rival tras la actuación dando igual el resultado.
Confieso que lo que me conquistó de su charla, fue que
reconoció su trabajo con psicólogos deportivos y su admiración por el papel del mismo,
aspecto que luego le agradecí puesto que muchos deportistas o lo niegan o no le
ven su necesidad. Me contó curiosidades en esta línea como por ejemplo, su rutina
previa a entrar al tatami: para empezar él nunca lo toca antes, previo a su actuación
desliza los pies y se aprieta el cinturón (siempre lo hace desde que es
pequeño).
Trabaja aspectos como la parada de pensamiento, pensamiento positivo,
trabajo de autoestima y demás habilidades que también le ayudan en su desempeño
en equipo para conseguir una gran sincronía. Me transmitió que “llega un
momento en el cual todos tienen un nivel técnico muy elevado y al final, lo que marca la diferencia es la cabeza”.
Gracias por haber sido tan cercano y haber compartido tu
historia.
Ana de Cevallos
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