Papel de los padres
en el deporte.
Aprovechando que éste pasado 14 de Noviembre empecé los partidos con
los dos equipos que entreno, quería pararme a hablar del papel de los padres en el deporte. Siempre ha
habido un gran debate respecto a su rol en la actividad deportiva de sus hijos,
su manera de involucrarse, expresarse y escandalizarse en las competiciones. Los
profesionales del deporte hacemos especial hincapié en el hecho de que ellos son su modelo a seguir y cómo se muestren
en el campo tiene un impacto en el joven deportista.
¿Quién quieren ser
para su hijo? ¿Qué quieren transmitirles?
Deben comprender el
valor educativo del deporte y, por tanto, que fomentar la puntualidad es
importante, o que estar en el banquillo permite que el hijo aprenda a luchar
consigo mismo aceptando que es parte de un equipo, tolerando la adversidad y
esforzándose para superarla en lugar de desanimarse.
En la mayoría de los casos, la práctica deportiva del hijo
supone también un tiempo de compartir
con sus padres: comentan entrenamientos, ven partidos de jugadores de primera,
hablan horas y horas de ese deporte, el deporte por el cual comparten una gran
pasión, muestra de apoyo yendo a los partidos a animar, saber dejar al protagonista
espacio post partido para que analice lo sucedido, no agobiarle con preguntas y
criticas nada más subirse al coche. Hagan que ese tiempo sea de calidad,
cuidado con dejar en manos de ese pequeño deportista la felicidad de la casa: “si
ganas nos vamos todos a cenar al Burger” ¿Qué pasa si pierde? ¿Bronca y todos a
casa con malas caras?
Es evidente que hace
falta una buena comunicación fluida entre los padres y los técnicos, y esta
no se produce en caliente, sino a través de reuniones tranquilas en las que
ambas partes puedan exponer sus puntos de vista.
No tenemos que
apartarlos sino integrarlos: proporcionarles información sobre el deporte
de sus hijos, las características de los deportistas jóvenes y los beneficios
que pueden obtener; es necesario involucrarlos, darles su espacio y hacerles
ver cómo pueden ayudar. Obviamente, su función no es la del entrenador, a quien
deben respetar sin entrometerse en sus decisiones (generan confusión en los
deportistas), pero para conseguir que comprendan a los entrenadores y respeten
su ámbito de actuación, hay que educarlos, no ignorarlos.
LOS PADRES SON LOS QUE LLEVAN A LOS NIÑOS A LOS
ENTRENAMIENTOS, A LOS PARTIDOS. ELLOS
SON LOS QUE SE COMPROMETEN POR ENCIMA DE TODO,
¿Qué haríamos sin ellos?
Padres, qué mejor los jóvenes deportistas para decir lo que
necesitan:
“Disfruta conmigo,
ESTAMOS AQUÍ PARA ESO”
Ana de Cevallos
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